La vida está llena de envases brillantes, botellas de cosméticos, fruteros y más, pero muchos de ellos están hechos de materiales tóxicos e insostenibles que contribuyen a la contaminación plástica.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) descubrieron una forma de crear purpurina sostenible, no tóxica y biodegradable a partir de celulosa, el componente principal de las paredes celulares de plantas, frutas y verduras. Artículos relacionados se publicaron en la revista Nature Materials el día 11.
Hecha de nanocristales de celulosa, esta purpurina utiliza un color estructural para alterar la luz y producir colores vibrantes. En la naturaleza, por ejemplo, los destellos de las alas de mariposa y las plumas de pavo real son obras maestras de color estructural que no se desvanecen después de un siglo.
Mediante técnicas de autoensamblaje, la celulosa puede producir películas de colores brillantes, afirman los investigadores. Al optimizar la solución de celulosa y los parámetros de recubrimiento, el equipo de investigación logró controlar completamente el proceso de autoensamblaje, lo que permitió la producción masiva del material en rollos. Su proceso es compatible con las máquinas industriales existentes. Utilizando materiales celulósicos disponibles comercialmente, solo se necesitan unos pocos pasos para convertirlo en una suspensión que contiene esta purpurina.
Tras producir las películas de celulosa a gran escala, los investigadores las molieron hasta obtener partículas cuyo tamaño se utiliza para fabricar purpurina o pigmentos de efecto. Los gránulos son biodegradables, no contienen plástico y no son tóxicos. Además, el proceso consume mucha menos energía que los métodos convencionales.
Su material podría utilizarse para reemplazar las partículas de purpurina plástica y los diminutos pigmentos minerales, ampliamente utilizados en la cosmética. Los pigmentos tradicionales, como los polvos de purpurina de uso diario, son materiales insostenibles y contaminan el suelo y los océanos. Generalmente, los pigmentos minerales deben calentarse a una temperatura de 800 °C para formar partículas de pigmento, lo cual tampoco es beneficioso para el medio ambiente.
La película de nanocristales de celulosa preparada por el equipo se puede fabricar a gran escala mediante un proceso “roll-to-roll”, de igual forma que se fabrica el papel a partir de pulpa de madera, lo que convierte a este material en industrial por primera vez.
En Europa, la industria cosmética utiliza unas 5.500 toneladas de microplásticos al año. La autora principal del artículo, la profesora Silvia Vignolini, del Departamento de Química Yusuf Hamid de la Universidad de Cambridge, afirmó que creían que el producto podría revolucionar la industria cosmética.
Hora de publicación: 22 de noviembre de 2022