El ácido poliláctico (PLA) es un nuevo material biodegradable, elaborado a partir de almidón procedente de recursos vegetales renovables (como el maíz). La glucosa se obtiene del almidón mediante sacarificación, y posteriormente se produce ácido láctico de alta pureza mediante la fermentación de glucosa y ciertas bacterias, para posteriormente sintetizar ácido poliláctico con un peso molecular determinado mediante síntesis química.
Tiene buena biodegradabilidad. Tras su uso, puede ser completamente degradado por microorganismos naturales, produciendo dióxido de carbono y agua, lo cual no contamina el medio ambiente y es muy beneficioso para la protección del medio ambiente. Es reconocido como un material ecológico.
El método de tratamiento de los plásticos ordinarios sigue siendo la incineración y la cremación, lo que da como resultado una gran cantidad de gases de efecto invernadero liberados al aire, mientras que los plásticos de ácido poliláctico se entierran en el suelo para su degradación y el dióxido de carbono generado ingresa directamente a la materia orgánica del suelo o es absorbido por las plantas, que no se liberará al aire y no provocará el efecto invernadero.